viernes, 12 de marzo de 2010

Relato corto de Washington Irving


Irama, sentada en una silla frente a la fuente de los leones, tranquila escuchaba el canto de los pájaros. Llegó el padre y le dijo a Irama que se tenían que ir porque llegaban muchos hombres a caballo y que se la querían llevar para casarla con el príncipe. Pero Irama no se podía ir de allí porque estaba cuidando a su hermana que estaba muy enferma y no se podía mover de la cama.

El padre le dijo que a la hermana la podía dejar allí y que ella se fuera con él pero ella no quería. Y le dijo Irama al padre que se escondiera en las mazmorras de La Alhambra que allí no lo iban a encontrar. El padre se metió allí, pero los hombre ya estaban allí y lo mataron después revisaron toda La Alhambra pero no encontraban a Irama y se fueron. Irama salió al patio de los leones y fue a las mazmorras a buscar al padre pero se encontró el cadáver de él. Lloraba mucho y se lo dijo a la hermana y se puso más triste y calló mas enferma. Al mes, la hermana de Irama ya estaba un poco mejor pero sentía como si no hubiese pasado todo le dijo a la hermana que eso era verdad, que iban a venir otra vez. Irama le dijo que eso no podía ser y que se tenían que ir, pero de repente:

-¡Que han venido otra vez, otra vez! -gritaban asustados los soldados.

-Corre hermana –le dijo Irama a la hermana.

Pero ya era demasiado tarde ya estaban en la puerta.

-¡¡¡Aaah!!! -se escuchó el grito de las dos hermanas.

La mataron por no querer irse con el príncipe, y se dice que por las noches se escucha otra vez de nuevo el grito de las dos hermanas y que salen a pasear por el patio de los leones.


Fdo por: María José Romera

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